Diario de una solitaria (13-10-2020)

No sé cómo explicar el hecho de que tengo amigos y me siento sola. Sí, me siento sola. Y te preguntarás, ¿cómo puedes sentirte sola teniendo amigos? Es muy sencillo: porque realmente ninguno es mi amigo de verdad. Cuando tengo algún problema o cuando simplemente me encuentro mal, no soy capaz de llamar a ninguno de ellos para contárselo, simplemente porque sé que no les interesa. Pero también es cierto que cuando me encuentro así da la casualidad de que no hablo con ninguno de ellos, ya que solo nos vemos durante los fines de semana.
Lo cierto es que nuestro lema podría ser: "si estás bien, háblame; si estás mal, olvídame".
Y lo más gracioso es que cuando a ellos les pasa eso sí son capaces de llamarme y contármelo. ¿Por qué yo no? Le he dado muchas vueltas y quizá sea porque no tengo suficiente confianza en mí misma, porque en el fondo sé que algunos de ellos sí me escucharían de buen agrado. En cambio tengo muy claro quienes no.
Lo más curioso es que las cosas han cambiado muchísimo desde que nos conocimos. Para mí han cambiado para bien, ya que mi visión para el futuro era que acabaríamos todos enfadados. Sin embargo ahora pienso que, a pesar de los roces que puedan haber y de nuestras chocantes personalidades, seguiremos llevándonos bien, bueno, aparentemente sí.
Pero una cosa tengo clara: no me voy a preocupar por los problemas que puedan haber ni me voy a calentar la cabeza. Simplemente voy a ir a lo mio, ya que aquí todos lo hacen. ¿Por qué voy a ser yo la que siempre esté mal? Un consejo: ver, oír y callar. Eso es lo mejor que alguien puede hacer para llevarse bien con todo el mundo. Bueno, lo de callar se me da bastante bien porque la mayoría de las veces se me olvidan las cosas que me cuentan en plan confidencial.